Diez Consejos para Ir de Compras con Niños

Diez Consejos para Ir de Compras con Niños
por Jan Hunt


1. Recuerde que los niños tienen límites

Si va de compras con niños, esté pendiente de sus necesidades: ¿están ellos cansados, hambrientos, sobre-estimulados por el sonido y confusión, o simplemente necesitan aire fresco y ejercicio, o un abrazo que les dé seguridad?

2. Recuerde que los niños son curiosos por naturaleza


Los niños son curiosos por naturaleza; es de esta manera que aprenden acerca del mundo que los rodea. Si ellos quieren examinar un objeto atractivo, por favor, no los regañe. Al contrario, ayúdelos a sostener el objeto en forma segura, o déjelos saber que se lo puede ver pero no tocar. Puede decir gEste es un objeto que se rompe, así que mejor mirémoslo juntosh. Incluso si un objeto no puede ser comprado, puede ser de mucha ayuda el compartir el entusiasmo e interés que el niño tiene sobre este.

3. Yendo de compras con bebés...

Ir de compras con un bebé puede ser mucho más fácil si el viaje se lo hace luego de que el bebé ha sido alimentado. Los bebés y niños pequeños pueden deshidratarse en el aire seco de los centros comerciales, por lo que debe asegurarse de realizar varias paradas para amamantarlo o darle de tomar alguna bebida.

Los bebés generalmente están felices cuando se los lleva cargados. Una bandolera o mochila porta-bebés usada por uno de los padres puede dar mucha más comodidad y seguridad emocional que un cochecito o carrito de compras. Un juguete pequeño a prueba de niños puede ayudar al bebé a sobrellevar las inevitables pérdidas de atención por parte de los padres, pero recuerde parar tan frecuentemente como le sea posible y tomar un momento para decirle palabras dulces, realizar contacto visual y abrazarlo.

4. Yendo de compras con párvulos...

A los párvulos se los puede empezar a incluir en decisiones inherentes a la compra. Involucrando al niño con preguntas como g¿Cuál de estos dos duraznos crees que luce mejor?h puede transformar una experiencia aburrida y frustrante en una más placentera, tanto para el padre como para el niño. Los niños de todas las edades disfrutan y aprecian el ser capaces de tomar decisiones por sí mismos. También puede ser útil llevar un jugo, un bocadillo preferido, y un libro de pintar de preferencia del niño, o un libro recién sacado de la biblioteca.

Estar rodeados por una multitud de adultos puede ser intimidante para los niños pequeños, especialmente cuando las tiendas están llenas. El uso de una mochila porta-bebés puede ser una forma de llevar a los niños a una altura en la que se sienten más satisfechos. También se puede prevenir de esta forma la común y aterradora experiencia de perder a un niño en una multitud.

5. Yendo de compras con niños mayoresc

Un niño mayor puede ser de gran ayuda al ir de compras, si se lo aborda con un espíritu divertido y de aprecio. Si el padre lleva consigo fotografías de alimentos recortadas de los anuncios del periódico, el niño puede ayudar a localizar los objetos. Los niños que son lo suficientemente maduros como para comprar por sí mismos pueden ayudar a abreviar el tiempo de compras encontrando los objetos por sí mismos, regresando periódicamente a poner los objetos en el carrito

6. Evitar las multitudes

Ir de compras justo antes de la cena, cuando las tiendas están llenas, y los padres y niños están cansados y hambrientos, puede ser muy estresante. Intente ir de compras en la mañana o primeras horas de la tarde en los días de semana, o adelante la cena y vaya de compras durante las tranquilas primeras horas de la noche, entre las 6 y las 7 PM. Si podemos evitar el estrés de estar en una tienda llena de gente y largas filas, podremos tener más energía y creatividad para responder a las necesidades de nuestro niño.

7. La fila para pagar puede resultar desafiante...

Las filas para pagar que tienen seductores paquetes coloridos de chicles y caramelos pueden ser un verdadero desafío, especialmente debido a que se encuentran al final del trayecto de compras, cuando tanto el padre y el niño están más cansados y hambrientos. Llevar un bocadillo saludable del gusto del niño puede dar lugar a una sencilla alternativa: gEse paquete luce muy bonito, pero el caramelo no es muy nutritivo. Aquí tienes la galleta de avena y el jugo que trajimos.h Ir de compras a una tienda que tenga cajas ga prueba de niñosh, sin caramelos, puede ameritar un viaje más largo. Si no hay una tienda local que ofrezca este tipo de cajas, usted puede sugerir este servicio al gerente de la tienda, prometiéndole comprar regularmente si esta opción se vuelve una realidad.

8. Cuando UD. Necesita decir "no"...

La parte más importante de decir gnoh es comunicar al niño que estamos de su lado, incluso cuando no podemos satisfacer todos sus deseos inmediatamente. Puede ayudar decir, gEsto está bonito ¿no? Míralo bien y cuando lleguemos a casa lo pondremos en tu lista de deseosh. Como alguna vez dijo el educador John Holt, gNo hay razón por la que no podamos decir eNof a los niños de una forma tan amable como si estuviésemos diciendo eSífh. ¡Y recuerde que las sonrisas, abrazos y cariños son todos gratis!

9. Si UD. llega a su límite...

Si UD. llega al límite de su paciencia y energía, intente mostrar con el ejemplo algunas formas positivas de manejar la ira y el cansancio. Podría intentar decir gEstoy empezando a perder mi paciencia, creo que necesito descansar un poco de las compras. Vamos afuera por unos minutos para que ambos podamos refrescarnos." Incluso unos pocos momentos de aire fuera de la multitud pueden hacer una gran diferencia tanto para el padre como para el niño.

10. Si sus niños llegan al límite...

Si, después de intentar varias de las sugerencias previas, sus hijos simplemente han alcanzado el tope de su habilidad para soportar un solo momento más de trajín, por favor respételos. Las compras pueden esperar; un niño exhausto, hambriento o sobre-excitado no lo puede.

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Recuerde que todos los niños se comportan tan bien como son tratados. Un niño a quien le dedicamos regularmente nuestro tiempo, atención íntegra, paciencia y comprensión, será más tolerante a una salida de compras - y a cualquier otra situación difícil- que un niño que debe afrontar situaciones estresantes sin este apoyo emocional.

Traducido por Mónica Salazar, de www.FamiliaLibre.com, del artículo Ten Tips for Shopping with Childrenh
EXTRAIDO DE LA WEB: www.criaryamar.com

El cerebro de Mamá

Del Capítulo 5 del libro "El cerebro femenino" de Louann Brizendine

EL CEREBRO DE MAMÁ

"La maternidad te cambia, porque transforma el cerebro de una mujer, estructural, funcional y en muchas formas, irreversiblemente.

Este cambio cerebral da origen a un cerebro motivado, siempre atento y decididamente protector, que obliga a la nueva madre a cambiar sus reacciones y prioridades en la vida. Se ligará con ese ser como no se ha ligado nunca con nadie. Las alternativas son la vida y la muerte.

En la sociedad moderna, en la que las mujeres no son sólo responsables de parir niños sino de sostenerlos económicamente, estos cambios en el cerebro crean el conflicto más profundo en la vida de una madre.

Cuanto más intensamente hagas algo, más células asigna el cerebro a dicha tarea, ...

La biología puede invadir circuitos a pesar de nuestras mejores intenciones y gran cantidad de mujeres experimentan los primeros síntomas del "cerebro maternal" mucho antes de concebir un hijo, especialmente si lo han estado intentando durante un tiempo. El "deseo del bebé" - el ansia profunda de tener un hijo - puede afectar a una mujer poco después de que haya acunado al recién nacido, suave y cálido, de otra.

El suave olor de la cabeza de un niño lleva feromonas que estimulan al cerebro femenino para que produzca la poderosa poción del amor - la oxitocina - creadora de una reacción química que induce al deseo de bebé.

El tacto de la piel de su bebé, el aspecto de los deditos de manos y pies, los breves llantos y gritos entrecortados quedan ya tatuados en el cerebro de la madre. En el plazo de horas o días, puede embargarla un abrumador afán de protección y se establece en ella la agresividad maternal. Su fuerza y resolución de cuidar a ese pequeño ser y de protegerlo se apoderan por completo de los circuitos cerebrales maternos. La madre siente que podría parar la marcha de un camión con su propio cuerpo para proteger al bebé. El cerebro se le ha modificado y junto con él la realidad. Tal es quizás el cambio de la realidad más importante que ocurre en la vida de una mujer.

Igual que un sistema global de actitud humana, los centros cerebrales de una madre para la vista, el sonido y el movimiento están orientados a monitorizar y seguir a su bebé. Esta vigilancia incrementada puede adquirir todas las formas posibles, dependiendo de la amenaza que una madre perciba contra la seguridad y estabilidad de su "nido". Incluso es algo normal el replanteamiento de las obligaciones del marido como proveedor.

Los circuitos cerebrales maternos cambian también en otros aspectos. Las madres pueden tener mejor memoria espacial que las que no han tenido hijos y pueden ser más flexibles, adaptables y valerosas. Tales son las habilidades y talentos que necesitarán para custodiar y proteger a sus bebés. Si han tenido por lo menos una camada, las hembras de rata, por ejemplo, son más atrevidas, muestran menos actividad en los centros del miedo de sus cerebros y se desempeñan mejor en las pruebas de laberintos porque tienen más memoria; además son cinco veces más eficientes para cazar presas. Estos cambios duran toda la vida, según han visto los investigadores. Las madres humanas pueden compartir estas experiencias. Semejante transformación es válida también incluso para madres adoptivas. En tanto permanezcas en contacto físico continuado con el niño, tu cerebro emitirá oxitocina y reformará los cirucitos necesarios par hacer y mantener el cerebro maternal.

La dopamina se incrementa en el cerebro maternal por el estrógeno y la oxitocina. Es el mismo circuito de recompensa disparado en un cerebro femenino por la comunicación íntima y el orgasmo.

Los crecientes vínculos incluyen los efectos de críar al niño dándole el pecho. La mayoría de las mujeres que amamantan a sus bebés reciben un beneficio extra: el estímulo regular de los más agradables aspectos del cerebro materno. En cierto estudio se dio a ratas madres la oportunidad de apretar una barra y obtener una pizca de cocaína o apretar otra barra y que un cachorro de rata viniera a chupar sus pezones. ¿Cuál creéis que preferían? Los chorros de oxitocina en el cerebro superaron siempre la toma de cocaína. Puedes imaginar en qué medida dar de mamar refuerza la conducta maternal; tenía que ser útil para garantizar la supervivencia de nuestra especie. Cuando un bebé coge el seno de la madre con sus manecitas y chupa el pezón, desencadena flujos explosivos de oxcitocina, dopamina y prolactina en el cerebro de la madre. Empieza a fluir la leche del seno. Al principio, todos aquellos tirones en tus pezones secos y sangrantes te pueden hacer pensar que será imposible superar otro día de tortura por culpa de la lactancia. Sin embargo, después de unas cuantas semanas - si no te has sentido arrastrada al harakiri - tendrás la capacidad de sosegar a tu bebé chillón y calmarte tú misma gracias a la lactancia. En el plazo de tres o cuatro semanas, la experiencia empieza a ser totalmente placentera; y no sólo porque el dolor haya cesado. Empiezas a esperar la hora de dar el pecho, a menos que estés tan corta de sueño que pases el día medio dormida. Pero en cierto momento de los pocos meses iniciales, podrás darte cuenta de que dar el pecho se ha vuelto fácil y de que lo disfrutas de verdad. Te baja la presión sanguínea, te sientes tranquila, relajada y te meces en olas de sentimientos de amor por tu bebé inspiradas por la oxitocina".

Extraido de la web: www.criaryamar.com

Cómo explicar la muerte a los niños?


¿Qué podemos decir a un niño que acaba de perder a uno de sus padres, a un hermano o a algún ser querido?¿Cómo podemos estar seguros de que diremos y haremos lo correcto, sin confundirlo y entristecerlo aún más? ¿Y qué ocurre si nosotros también estamos llorando esa pérdida?
Estas preguntas se responden según las distintas edades.
La percepción y la reacción que tiene los niños ante la muerte depende, entre otras cosas de la personalidad, la sensibilidad, la habilidad para enfrentarse a las situaciones, el nivel de desarrollo y la capacidad para los pensamientos abstractos.
Se tienen estudios en los que se indican que los pequeños reaccionan ante la muerte tanto de un modo específico como literal.
La percepción específica significa que los niños ven la muerte como un incidente concreto. Centran la propia muerte y el concepto de la misma, en la persona cercana o tal vez la mascota muerta. Es decir, ven la muerte nada más de ESA persona o de ESA macota, no pueden ver nada más.
El niño se toma se toma en serio todas las referencias de muerte, incluyendo las palabras que oye, las experiencias que vive y las imágenes. Un casual comentario de la madre o de padre "me muero de la risa" o "me vas a matar de un coraje", nos son comentarios que algunos niños toman como forma de hablar, sino como una espantosa posibilidad.
El que los niños sepan entiendan la muerte y sepan afrontarla, depende en gran medida de los adultos. Para ayudarlos a comprender necesitamos ayudarlos a reconocer sus emociones y resolver sus miedos de manera adecuada para su desarrollo.
Ayudando a los niños
Sea consciente de lo que los niños están pensando sintiendo. Obsérvelos mientras juegan o realizan diversas tareas; mientras leen un libro, dibujan, juegan con sus amigos, o en lo que cantan.
Aproveche las oportunidades para hablar de la muerte. Por ejemplo, puede ser la muerte de una mascota. Explíquele que el animal nació y vivió en base a comer y respirar y al final murió. Que el niño entienda que los sentimientos de tristeza son normales y que es mucho mejor hablar de esa tristeza, que guardarla y fingir que no existe. Esto ayuda a curar la herida, pero si se la guarda dentro, tardarán más en curarse.
Sea paciente. El concepto de muerte es complejo y a los niños pequeños les cuesta entenderlo. Los adolescentes están aceptando su propia mortalidad, pero a veces es difícil aceptar la realidad de la muerte. Es posible que necesite muchas conversaciones tranquilas, serias y compasivas para ayudarlos a comprenderla.
Sea objetivo. Emplee lenguaje sencillo y directo, porque así evitará crear miedos e ideas falsas. Responda a sus preguntas con hechos y con exactitud; al mismo tiempo hágale preguntas para asegurarse de que entiendan lo que están diciendo.
¿Cómo lloran los niños la muerte de un ser querido?
Cada niño lo hace de una manera diferente, dependiendo de su desarrollo, su entorno, y de sus experiencias. Hay que tomar en cuenta que el dolor de un niño dará muchos giros, según lo bien que el niño comprenda lo que ha ocurrido. Otros factores que afectarán la reacción son: la manera como se entera del deceso; la relación o proximidad que el niño tenía con la persona fallecida; la estructura de la familia después de la muerte: las relaciones familiares antes del deceso; si las necesidades de los niños se ven satisfechas durante los rituale4s y cómo se satisfacen.
Según las edades
De 0a 18 meses (aproximadamente). Reaccionan angustiándose ante la pérdida de la principal persona que los cuidaba, generalmente la madre. Es posible que capten el dolor de quienes le rodean y de los cambios de rutina., La ausencia de rostros sonrientes y juegos. Los bebés pueden estar malhumorados sin razón, cambiar sus hábitos de alimentación o de sueño o ambas cosas a la vez.
Lo que se puede hacer es encontrar una persona sustituta, una tía o una abuela dispuesta a estar con el bebé y tratar de llevar la rutina habitual.
De 10 meses a 2 años (La edad es variable). Ya reconocen a los adultos que les rodean. Sienten el estado de ánimo de los otros. Es necesario de hablarles con palabras sencillas y claras: “mamá ya no está aquí”, y tratar de mantener la rutina del niño. Abrazarlo y tranquilizarlo. Decirle que en la familia ha ocurrido algo muy triste, que así estarán por un tiempo, pero que después se sentirán mejor.
De los 2 a los 5 años (esta edad puede extenderse). A esta edad sienten la pérdida y experimentan emociones. Son niños muy curiosos y toman de manera literal lo que se les dice, por lo que hay que tener cuidado en las palabras que se emplean. Las palabras vagas e indirectas aumentan el miedo. La muerte es para ellos temporal, es decir, lo toman como un sueño en donde la persona va a despertar o como si fuera a florecer, pueden pensar que e como una semilla y pronto estará nuevamente con ellos.
Buenas maneras
Las creencias religiosas ayudan mucho, sin embargo, se requiere cuidado al uso de las palabras y tomar en cuenta que los niños creen de manera literal lo que se le dice.
• Decirle que esa persona murió porque estaba muy, muy, muy enferma para que no crea que con cualquier enfermedad puede morir.
• Que la persona estaba muy, muy, muy mayor… para evitar que piense que todas las persona mayores a él pueden morirse.
• Que tuvo un accidente tan, tan, tan fuerte… y no piense que tropezarse o caerse de la bicicleta puede provocar la muerte
Esté muy pendiente de ellos y que no se sientan solos, sino que lo tienen a usted para protegerlos y sentirse seguros.
Situaciones
Lo que no debe decirle al niño:
• “Papá se ha ido y no va a regresar”, el niño puede creer que cuando mamá se vaya (a trabajar o dejarlo en el colegio) ya no volverá, además de preguntarse a dónde se fue.
• “Mamá está dormida y ya no despertará”, hará que el niño tenga miedo de ir a dormir o que otra persona lo haga (si dejo que se duerma… despertará o ya no? ¿si me duermo yo, despertaré mañana?)
• “Dios quería a tu hermano y se lo llevó al cielo” Le puede provocar temor de que Dios también quiera a otra persona de su familia (¿y si Dios también se quiere llevar a mi mamá? o ¿Dios no me quiere a mí?) podrían provocar también alguna situación para “irse con Dios” y estar junto a su familiar.
• “Hemos perdido a papá”, pues el niño puede creer que si él se pierde, jamás verá a su familia.
Lo que sí puedes decirles
Explicarles lo que significa morir, que dejan de respirar, de sentir y que ya no estarán con nosotros.
Si los niños lo piden, es sano que vayan al sepelio y puedan despedirse de su ser querido.
Espero que les sirva esto que he escrito. Recuerden que estas situaciones dependen del nivel de desarrollo de cada niño.

5 MANERAS EN LAS QUE LOS PADRES PUEDEN MANEJAR SU ENFADO


1-. CURE SU PASADO “ENFADOSO”:
Ser padre puede ser terapéutico. Puede mostrarle cuales son sus problemas propios y motivarle a arreglarlos. Si su pasado está cargado de ira no resuelta, inicie el camino para curarse usted antes de enfadarse y dañar a su hijo. Lo estudios de muestran que los hijos de madres que demuestran ira con frecuencia, son más difíciles de educar. Identifique problemas en su pasado que puedan contribuir a la ira del presente. ¿Fue usted maltratado o duramente castigado cuando era un niño?.¿Tiene usted dificultad para controlar su genio? ¿Nota usted una falta de paz interior?.Identifique situaciones del presente que le hacen enfadar: un trabajo poco satisfactorio, espos@, usted mismo, los niños. Recuerde que es usted espejo de sus emociones. Si su hijo ve una cara crónicamente enfadada, y oye permanente mente una voz enfadada, esa es la persona que será en el futuro con mayor probabilidad.

2-.MANTENGA LA PERSPECTIVA:
Todos tenemos un botón de “enfado”. Algunos padres son tan proclives a enfadarse que cuando explotan el perro se esconde. Pruebe este ejercicio: en primer lugar divida los malos comportamientos de su hijo en “pequeñeces” (molestias) que no merecen la pena el disgusto de enfadarse, y las cosas “grandes” (ponerse en peligro, dañar a los demás y la propiedad) que demandan una respuesta, para su propia tranquilidad y la de su hijo.

En segundo lugar condiciónese usted mismo para que las pequeñeces no le molesten. He aquí unas “grabaciones” que repetir en su mente la próxima vez que su hijo tire algo:
*estoy enfadado pero puedo controlarme
*los accidentes ocurren
*yo soy el adulto aquí
*me enfado con el hecho, no con el niño
*mantendré la calma y así todos aprenderemos algo

Repita estos ejercicios una y otra vez actuando. Añada algunas líneas para decir:
*ops! se te ha caído
*te alcanzo una toalla
*está bien: te ayudaré a limpiarlo

Notará usted un gran contraste entre esto y lo que oyó de pequeño. También se dará cuenta de que no es tan fácil como parece.

Cuando una pequeñez de la vida diaria se produce, usted estará más condicionado para controlarse. Puede respirar profundamente, alejarse, mantenerse frío, planee su estrategia y vuelva a la escena. Por ejemplo: un niño emborrona pintura en la pared: Usted se ha condicionado para no explotar, usted, naturalmente está enfadado y es útil para usted y su hijo mostrar su desagrado. Usted da como respuesta un no firme pero sin gritar. Usted pide un “tiempo fuera”. Una vez que se ha calmado, insístale al niño (si es suficientemente mayor) en que le ayude a limpiar. Tener el control sobre su ira le proporciona al niño el mensaje siguiente “mamá está enfadada, y con razón. No le gusta lo que he hecho pero me sigue queriendo y cree que soy capaz de limpiarlo solo”

Hemos encontrado que tener un enfado a veces es peor para nosotros que para el niño. Nos deja exhaustos. Con frecuencia es nuestro sentimiento tras el enfado lo que nos molesta más, más que el zapato arrojado al water. Una vez que nos damos cuenta de que podemos controlar nuestros sentimientos más fácilmente de lo que nuestros hijos pueden controlar su comportamiento, seremos capaces de sobrevivir a estas etapas de la infancia, y la vida con nuestros hijos será más fácil. Cuando enloquecemos por un niño, no dejamos que la ira crezca tanto que se convierta en furia contra nosotros mismos por la pérdida de control.

EL CÍRCULO DE LA IRA
*enfado con el niño
*enfado con uno mismo
*mas enfado con el niño por hacernos enfadar con nosotros mismos
*enfadado por estar enfadado

Usted puede romper este círculo en cualquier punto para protegerse usted y su hijo.

3-. HAGA DE LA IRA SU ALIADA:
Las emociones tienen un propósito. La ira sana le encamina a arreglas los problemas, en primer lugar porque no dejará el comportamiento de su hijo sin corrección y en segundo lugar porque no le gusta como su mal comportamiento le molesta. Esta es ira útil. Yo siempre he tenido una tolerancia muy baja para los chillidos de los niños. A la edad de 15 meses nuestro octavo hijo, Lauren, desarrolló un chillido que destrozaba los oídos, que hacía subir mi presión arterial como un cohete. O bien mi tolerancia estaba disminuyendo, o bien mis oídos se habían vuelto más sensibles con los años, pero el girito de Lauren pulsaba mi botón de enfado. No me gustaba mi hija por ello, ni me gustaba yo por no gustarme mi hija. Hubiera sido más fácil manejar el problema si yo no hubiera estado enfadado. Pero porque estaba enfadado y me di cuenta de que esto afectaba a mi actitud hacia Lauren, me sentí encaminado a hacer algo con sus gritos, que yo consideraba un comportamiento malo que no encajaba en su , por otra parte, encantadora personita. Así que en lugar de mantener el foco sobre lo mucho que odiaba esos sonidos, lo puse en las situaciones que producían esos chillidos, e intenté anticiparme a esas situaciones. Descubrí que cuando Lauren se aburría, estaba cansada, hambrienta o ignorada, chillaba. Es una personita que necesita una respuesta rápida, y sus chillidos la obtenían. Mi enfado me motivó a encontrar soluciones “para-chillidos”. Me convertí en un padre más sabio, y Lauren un bebé más agradable. Esto es ira útil.

La ira se vuelve dañina cuando no se entiende como una señal para arreglar la causa. Usted la deja crecer hasta que le disgustan sus propios sentimientos, usted y la persona que causa que usted se sienta así. Pasa usted su vida en una batalla por pequeñeces, que hubiera podido ignorar o grandezas que hubiera debido arreglar. Esta es ira dañina.

4-.DEJE DE DARSE PALIZAS:
A menudo la ira crece en el interior así como hacia el exterior, sobre algo que a usted no le gusta, pero como reflejo, después de gastar un montón de energía en la emoción usted se da cuenta de que la situación como está ahora es mejor para todo el mundo. Esta visión no hace empequeñecer, y nos ayuda a disolver futuras llamaradas. Nuestra frase para las equivocaciones irritantes es: nadie es perfecto, la naturaleza gana de nuevo.

5-. ESTÉ PREVENIDO PARA SITUACIONES CON ALTO RIESGO DE DESENCADENAR IRA:
¿Está usted en una situación vital que le enfada? si es así, está usted en riesgo de desahogar su ira con si niño. Perder un trabajo o experimentar un evento con similar pérdida de autoestima, le puede hacer enfadar, con razón. Pero tenga en cuenta que eso hace más fácil que comportamientos de otra manera tolerables de los niños “pequeñeces”, le lleven al límite. Cuando uno está enfadado las pequeñeces se convierten en grandezas. Si es usted repentinamente víctima de una situación que le lleva a estar enfadado, ayuda el preparar a su familia:”quiero que entendáis que papá puede estar preocupado de ahora en un par de meses. He perdido mi trabajo y estoy muy nervioso por ello. Encontraré otro y todo volverá a estar bien, pero mientras, si alguna vez me enfado, no es que no os quiera, sino que tengo problemas conmigo mismo”. Si usted no “vuela su techo” es sabio pedir disculpas a sus niños (y esperar disculpas similares cuando ellos pierden los papeles):”discúlpame pero estoy enfadado, y si no parezco racional o sensible es porque estoy luchando, no es por tu culpa. No me he vuelto loco por ti”. También ayuda ser honesto con uno mismo, reconocer su vulnerabilidad y mantenerse en guardia hasta que el problema causante del enfado se resuelva. Siempre habrá problemas en nuestra vida que no podemos controlar. A medida que nos convertimos en padres más expertos- y personas- aprendemos a darnos cuenta de que la única cosa en nuestras vidas que controlamos son nuestras propias acciones. Como usted maneje su ira puede funcionar en su favor o en contra suya y de su hijo.

¿Por qué los niños se despiertan por la noche?



Autor: Carlos González

La mayoría de los insectos, reptiles y peces tienen cientos de hijos, con la esperanza de que alguno sobreviva. Las aves y mamíferos, en cambio, suelen tener pocos hijos, pero los cuidan para que sobrevivan la mayoría. Los mamíferos, por definición, necesitan mamar, y por lo tanto ningún recién nacido puede sobrevivir sin su madre. Pero, según la especie, también necesitan a su madre para muchas otras cosas.

En algunas especies, el recién nacido es capaz de caminar en pocos minutos y seguir a su madre (¿quien no recuerda aquella escena encantadora en Bambi?). Eso ocurre sobre todo en los grandes hervíboros, como ovejas, vacas o ciervos. Estos animales viven en grupos que devoran rápidamente la hierba de una zona, y tienen que desplazarse cada día a un nuevo prado. Es necesario que la cría pueda seguir a su madre en estos desplazamientos.

Los pequeños hervíboros, como los conejos, pueden esconder a sus crías en una madriguera, salir a comer y volver varias veces al día para darles el pecho. Sus crías no caminan nada más nacer, sino que son indefensas durante los primeros días.

Lo mismo ocurre con la mayoría de los carnívoros, como los gatos, perros o leones. La madre sale a cazar dejando a sus indefensas crías escondidas. Las crías no nacen sabiendo, sino que aprenden, y esto es importante, porque les permite una mayor flexibilidad. Una conducta innata es siempre igual, una conducta aprendida puede adaptarse mejor a las condiciones del entorno, y perfeccionarse con la práctica. La primera vez que un ciervo ve a un lobo, debe salir corriendo. Si no lo hace bien, morirá, y por lo tanto no podrá aprender a hacerlo mejor. Por eso es lógico que los ciervos sepan correr en cuanto nacen. Los lobos sí que pueden aprender: la primera vez el ciervo se les escapa, pero con la práctica consiguen atraparlo. Los juegos de su infancia constituyen un aprendizaje para su vida adulta.

Los primates (los monos) parece ser que descendemos de animales que caminaban nada más nacer. Pero, al vivir en los árboles, tuvimos que hacer cambios. Bambi resbala varias veces antes de ponerse en pie; y eso no tiene importancia en el suelo. Pero, subido en una rama, un resbalón puede ser fatal. De modo que los monitos van todo el día colgados de su madre, hasta que son capaces de ir solos perfectamente, sin el menor error.

Pero es el monito el que se cuelga, activamente, de su madre, agarrándose con fuerza a su pelo con manos y pies, y al pezón con su boca (cinco puntos de anclaje). La madre puede correr de rama en rama, sin preocuparse de sujetar al niño.

¿Se atrevería usted a ir de rama en rama, o simplemente caminando por la calle, con su bebé a cuestas pero sin sujetarlo, ni con los brazos ni con ningún paño o correa? Claro que no. Para que un niño sea capaz de colgarse de su madre y sujetarse solo durante largo rato, probablemente debería tener al menos dos años. Ya nuestros primos más cercanos, los chimpancés, son incapaces de sujetarse solos al principio, y su madre tiene que abrazarlos, pero sólo durante las dos primeras semanas. La diferencia con nuestros hijos es abismal. Y para caminar (no para dar cuatro pasos a nuestro alrededor, como hacen al año, sino caminar de verdad, para seguirnos cuando vamos de compras, sin llorar y sin que tengamos que girar la cabeza cada segundo a ver si vienen o no), nuestros hijos tardan al menos tres o cuatro años.

Hasta los 12 o 14 años, es prácticamente imposible que los niños sobrevivan solos; y en la práctica, procuramos no dejarles solos hasta los 18 o 28 años. Los seres humanos son los mamíferos que durante más tiempo necesitan a sus padres, y dejan muy atrás al segundo clasificado.

Probablemente, esto se debe en parte a nuestra gran inteligencia. Como decíamos de los lobos, la conducta debe ser aprendida para ser inteligente, pues la conducta innata es puramente automática. Nuestros hijos tienen que aprender más que ningún otro mamífero, y por lo tanto tienen que nacer sabiendo menos.

¿Y qué tiene todo esto que ver con que los niños se despierten? Ya llega, ya llega. Ahora mismo veremos que tiene que ver todo lo anterior con la conducta de su propio hijo.

Empezábamos diciendo que hay crías que necesitan estar todo el rato con su madre, encima de ella o siguiéndola a poca distancia, y otras que se quedan escondidas, en un nido o madriguera, esperando a que su madre vuelva. Para saber a qué tipo pertenece un animal, basta con observar cómo se comporta una cría cuando su madre se va. Los que tienen que estar siempre juntos se ponen inmediatamente a llorar, y lloran y lloran (o hacen el ruido equivalente en su especie) hasta que su madre vuelve. Una cría de ganso, por ejemplo, aunque tenga agua y comida cerca, no come ni bebe, sino que sólo llora hasta que sus padres vuelven, o hasta la muerte. Sin sus padres, de todos modos no tardaría en morir, por lo que debe agotar toda su energía en llorar para que vuelvan. Y debe empezar a llorar inmediatamente, en cuanto se separa, porque cuanto más tarde en hacerlo más lejos estará, y por tanto más difícil será que le oiga. En cambio, un conejito o un gatito, cuando su madre se va, permanecen muy quietos y callados. Esa separación es normal en su especie, y si se pusieran a llorar podrían atraer a otros animales, lo que siempre es peligroso. ¿Cómo reacciona su hijo cuando usted le deja en la cuna y se aleja? Si, como hacían los míos, "se pone a llorar como si le matasen", quiere decir que, en nuestra especie, lo normal es que los niños estén continuamente, las 24 horas, en contacto con su madre.

Y no es difícil imaginar que hace 50.000 años, cuando no teníamos casas, ni ropa, ni muebles, separarse de su madre significaba la muerte. ¿Se imagina a un bebé desnudo en el campo, al aire libre, expuesto al sol, a la lluvia, al viento y a las alimañas, sólo durante ocho horas, mientras su madre "trabaja" recogiendo frutas y raíces? Ni siquiera una hora podría sobrevivir en esas circunstancias. En tiempos de nuestros antepasados, los bebés estaban las 24 horas en brazos, y sólo se separaban de su madre para estar unos momentos en brazos de su padre, su abuela o sus hermanos. Y cuando empezaban a caminar lo hacían alrededor de su madre, y tanto la madre como el niño se miraban continuamente, y se avisaban mutuamente cuando veían que el otro se despistaba.

Hoy en día, cuando usted deja a su hijo en la cuna, sabe que no corre ningún peligro. no pasará frío, ni calor, ni se mojará, ni se lo comerá un lobo. Sabe que usted está a pocos metros, y le oirá si pasa algo y vendrá en seguida (o, si usted ha salido de casa, sabe que otra persona ha quedado de guardia, escuchando a pocos metros). Pero su hijo no sabe todo eso. Nuestros niños, cuando nacen, son exactamente iguales a los que nacían hace 50.000 años. Por si acaso, a la más mínima separación, lloran como si usted se hubiera ido para siempre. Más adelante, cuando empiece a comprender dónde está usted, cuándo volverá y quién le cuida mientras tanto, empezará a tolerar las separaciones con más tranquilidad. Pero aún faltan unos años.

Casi toda la conducta del bebé, que aún no ha aprendido nada, es instintiva, idéntica a la de nuestros remotos antepasados. Y la conducta instintiva de la madre también tiende a aparecer, aquí y allá, despuntando entre nuestras gruesas capas de cultura y educación.
Por eso, cuando vaya al parque con su hijo de tres años, ambos se comportarán de forma muy similar a sus antepasados. Usted mirará casi todo el rato a su hijo, y le avisará cuando se despiste ("ven aquí" "no vayas tan lejos"). Su hijo también le mirará con frecuencia, y si la ve despistada o hablando con otras personas se pondrá nervioso, incluso se enfadará, e intentará llamar su atención ("mira, Mamá, mira" "mira qué hago" "mira qué he encontrado"...)

Llegamos a la noche. Es un periodo particularmente delicado, porque si el niño duerme ocho horas, y la madre se ha ido durante este tiempo, cuando despierte puede estar a siete horas de marcha, y por más que llore no la oirá. Hay que montar la guardia. Durante las primeras semanas, nuestros hijos están tan completamente indefensos que es su madre la que debe encargarse de mantener el contacto. En aquellas raras culturas (como la nuestra) en que madre e hijo no duermen juntos, la separación hace que la madre esté muy intranquila, y sienta la necesidad imperiosa de ir a ver a su hijo cada cierto tiempo. ¿Qué madre no se ha acercado a la cuna "para ver si respira"? Claro que sabe que está respirando, claro que sabe que no le pasa nada, claro que sabe que su marido se reirá de ella por haber ido... pero no puede evitarlo, tiene que ir.

A medida que el niño crece, se va haciendo más independiente. Eso no significa que pase más tiempo solo, o que haga las cosas sin ayuda, porque el ser humano es un animal social, y no es normal que esté solo. Para un ser humano, la soledad no es independencia, sino abandono. La independencia consiste en ser capaces de vivir en comunidad, expresando nuestras necesidades para conseguir la ayuda de otros, y ofreciendo nuestra ayuda para satisfacer las necesidades de los demás. Ahora ya no hace falta que usted vaya a comprobar si su hijo respira o no; ¡él se lo dirá! Como se está haciendo independiente, será él quien monte guardia. Se despertará más o menos cada hora y media o dos horas, y buscará a su madre. Si su madre está al lado, la olerá, la tocará, sentirá su calor, tal vez mame un poco, y se volverá a dormir en seguida. Si su madre no está, se pondrá a llorar hasta que venga. Si Mamá viene en seguida, se calmará rápidamente. Si tarda en venir, costará mucho tranquilizarle; intentará mantenerse despierto, como medida de seguridad, no sea que Mamá se vuelva a perder.

Es aquí donde la vida real no coincide con los libros, porque a las madres les han dicho que, a medida que su hijo crezca, cada vez dormirá más horas seguidas. Y muchas se encuentran con la sorpresa de que es todo lo contrario. No es "insomnio infantil", no son "malos hábitos", simplemente es una conducta normal de los niños durante los primeros años. Una conducta que desaparecerá por sí sola, no con "educación" ni "entrenamiento", sino porque el niño se hará mayor y dejará de necesitar la presencia continua de su madre.

Si cada vez que su hijo llora usted acude, le está alentando a ser independiente, es decir, a expresar sus necesidades a otras personas y a considerar que "lo normal" es que le atiendan. Eso le ayudará a ser un adulto seguro de sí mismo e integrado en la sociedad.

Si cuando su hijo llora usted le deja llorar, le está enseñando que sus necesidades no son realmente importantes, y que otras personas "más sabias y poderosas" que él pueden decidir mejor que él mismo lo que le conviene y lo que no. Se hace más dependiente, porque depende de los caprichos de los demás y no se cree lo suficientemente importante para merecer que le hagan caso.

Una infancia feliz en un tesoro que dura para siempre, que nadie podrá jamás arrebatarte. La infancia de su hijo está ahora en sus manos.

Como parir sin desgarrarse (consejos de una matrona para conservar el periné integro)


Parir sin desgarrarse y conservar el periné integro es una meta para todas las parturientas. Nos encanta conservar nuestros genitales completos e intactos. Mucha gente cree que la integridad de la vagina y del periné en el parto son una cuestión de suerte, fortuna o un regalo que depende de las fuerzas que concurren en el momento del parto.

Hay bastante folklore en torno a preparar o masajear el periné en el embarazo. Ninguna otra especie de mamíferos hace algo así. Decirle a una mujer que se de masajes en el periné durante el embarazo supone una falta de confianza en sus tejidos, que están perfectamente diseñados para parir al bebé.

El trabajo para conseguir un periné intacto hay que iniciarlo mucho antes del parto. Se trata de explicar la sensaciones que se notan conforme la cabeza del bebé estira los tejidos, y alertar a la madre de los riesgos que tiene empujar, con el fin de ayudar a la mujer a tener un expulsivo suave para el bebé y para ella.

Las mujeres tienen muchas ganas de escuchar durante las charlas prenatales la realidad del parto. En los siguientes puntos resumo la información que yo les doy sobre la segunda fase del parto, lo que se conoce como "expulsivo".

Empezarás a tener ganas de empujar cuando sientas una sensación como de tener que defecar, una presión en el culo. En esta parte no tendremos ninguna prisa. Te conectarás con tu cuerpo y procurarás no impacientarte. Esto permitirá que tu cuerpo libere hormonas para tu periné que lo reblandecerán al máximo para el momento en que la cabeza del bebé lo estire.

La presión en tu culo se hará más fuerte, hasta que tengas la sensación de que te estás partiendo en dos y de que no lo puedes soportar. Esto es normal y ninguna mujer se ha roto en dos, así que tú no vas a ser la primera que lo haga. Como ya habrás aprendido que esto es lo normal te relajarás y verás que ésta es una sensación interesante y extraña. Tal vez incluso pienses "Vaya, Gloria me dijo que sentiría esto y tenía razón. Supongo que esto ocurre desde los principios de la humanidad..." .

Lo siguiente que sentirás será como una quemazón intensa y pinchazos justo alrededor de la entrada a la vagina. Esto es lo que muchas mujeres describen como el "círculo de fuego" porque rodea toda la abertura de la vagina. En este momento te saldrá de manera instintiva el llevarte la mano a la vulva que está prominente e intentar sujetar por donde sale la cabeza del bebé. Este instinto lo debes seguir. Parece ser que realmente es útil poner ahí tus propias manos. A veces a las mujeres les gusta tener paños calientes en el periné en este momento, así que si los quieres hazmelo saber. Si te gusta el calor lo dices, y si no te gusta pues dilo también. Haremos lo que a ti te apetezca.

La mayoría de las mujeres prefieren el expulsivo a la dilatación. Cuando estás empujando sientes que por fin avanzas y que realmente hay una meta al final de todo tu esfuerzo.

Es un momento en el que tienes concentrarte al máximo y centrarte en ti misma. No permiteremos que nadie hable en la habitación. Todos permaneceremos en silencio entre las contracciones y respetándote mientras tu aprovechas para volver a concentrarte en ti misma. Cuando empiezas a sentir el círculo de fuego, no hay ninguna prisa. Te animaré a que empujes como te apetezca hasta que la cabeza esté coronando (cuando la mayor parte de la cabeza ya es visible) . Lo único que tocará tus partes será el paño caliente y tus manos. Es muy importante que la matrona mantenga las manos alejadas porque en ese momento tus tejidos están hinchados y llenos de sangre, y sólo con apretarte con los dedos te puede hacer un moratón o raspazo. Esto puede producirte un desgarro. Utilizaremos un espejo de plástico y una linterna para ver como vas y así poder orientarte. No os tocaremos ni a ti ni al bebé.

El momento de la coronación (cuando sale la cabeza) es muy intenso y requiere que te concentres exclusivamente en notar la sensación de quemazón como una sensación segura y sana que no se parece a nada que hayas sentido antes. Tal vez oigas una voz malvada dentro de ti que te dice: "venga, empuja fuerte de una vez y así acabarás ya, que más da si te desgarras, lo que quieres es acabar de una vez por todas y que esa cabeza salga ya de tu culo!". Esta voz malvada no te va a ayudar, así que le das gracias y luego te dices a ti misma: "venga, aguanta así. Vas muy bien. Si paso el tirón jadeando y me aguanto las ganas de empujar seguiré fiel a mis propósitos, no me desgarraré y a la larga estaré mucho mejor". Tu matrona sólo te dará consejos positivos de la forma más sencilla posible para que no te desconcentres. Típicamente te dirá cosas como: " Muy bien, Linda, suave....suave...suave....aguanta aguanta conmigo....has....hah....ha.......Muy bien, ya hemos acabado con esta. Te estás abriendo divinamente, hay muchísimo sitio para tu bebé, tu hija tiene el tamaño ideal para pasar..."

Te ofreceremos agua y una pajita porque la hidratación es importante en el expulsivo. Puedes beber o dejarlo, lo que te apetezca

Cuando la cabeza haya terminado de salir notarás un inmenso alivio. Entonces tienes que seguir centrándote en la siguiente contracción, que hará que salgan los hombros del bebe. Luego todo el cuerpo del bebé saldrá rápidamente con muy poco esfuerzo por tu parte. Te subiremos al bebé sobre tu piel desnuda en ese momento y verás como es lo más alucinante del mundo tener a ese pegajoso, resbaladizo, y maravilloso bebé contigo fuera de tu cuerpo.

Tal vez notes tu periné muy reblandecido, y aunque te extrañe lo que mejor va en ese momento es ponerte unos paños o compresas húmedos con agua muy caliente. Esto coincide con una teoría de la medicina china de que nunca hay que poner nada frío sobre la madre o el bebé. Las mujeres dicen que se sienten mucho mejor en cuando se les aplica el calor y la hinchazon disminuye en seguida.

Cuando salga la placenta notaras como si un tampón muy grande y suave se escurriera. Es un sentimiento hermoso completar todo el proceso del parto con la salida de la placenta.

Cuando una madre recién parida conserva el periné intacto se recupera antes y mejor del parto. A mi me gusta enrollar una toalla y hacer con ella un círculo sobre el cual la madre se siente mientras da de mamar.

Las relaciones sexuales se pueden reanudar cuando la pareja se siente preparada, y a veces un poquito de aceite de oliva o de almendras viene bien como lubricante al principio.

Gloria Lemay
www.birthlove.com
Fuente: http://www.holistika.net/parto_natural/parto_fisiologico/como_parir_sin_desgarrarse_consejos_de_una_matrona_para_conservar_el_perine_integro.asp

16 pautas de la OMS para tener un parto respetado no medicalizado



1. Toda la comunidad debe ser informada sobre los diversos procedimientos que constituyen la atención del parto, a fin de que cada mujer pueda elegir el tipo de atención que prefiera.

2. Debe fomentarse la capacitación de obstetras o parteras profesionales. Esta profesión debiera encargarse de la atención durante los embarazos y partos normales, así como del puerperio.

3. Debe darse a conocer entre el público atendido en los hospitales información sobre las prácticas de los mismos en materia de partos (porcentajes de cesáreas, etc.).

4. No existe justificación en ninguna región geográfica para que más de un 10 al 15% de los nacimientos sean por cesárea.

5. No existen pruebas de que se requiera cesárea después de una cesárea anterior. Por lo general deben favorecerse los partos vaginales después de cesáreas.

6. No existen pruebas de que el monitoreo durante el trabajo de parto normal tenga efectos positivos en el resultado del embarazo.

7. No está indicado el afeitado de la región púbica ni los enemas preparto.

8. Las embarazadas no deben ser colocadas en posición de litotomía (acostadas boca arriba). Se las debe animar a caminar durante el trabajo de parto y cada mujer debe decidir libremente la posición que quiera asumir durante el parto.

9. No se justifica el uso rutinario de la episiotomía (incisión para ampliar la abertura vaginal).

10. No deben inducirse (iniciarse por métodos artificiales) los partos por conveniencia. La inducción del parto debe limitarse a determinadas indicaciones médicas. Ninguna región geográfica debe tener un índice de trabajos de parto inducidos mayor al 10%.

11. Debe evitarse durante el parto la administración por rutina de fármacos analgésicos o anestésicos que no se requieran específicamente para corregir o evitar una complicación en el parto.

12. No se justifica científicamente la ruptura artificial de membranas por rutina.

13. El bebé sano debe permanecer con la madre cuando así lo permita el estado de ambos. Ningún procedimiento de observación del recién nacido justifica su separación.

14. Debe fomentarse el inicio inmediato del amamantamiento, inclusive antes de que la madre salga de la sala de partos.

15. Deben identificarse las unidades de atención obstétrica que no aceptan ciegamente toda tecnología y que respetan los aspectos emocionales, psicológicos y sociales del nacimiento.

16. Los gobiernos deben considerar la elaboración de normas que permitan el uso de nuevas tecnologías de parto sólo después de una evaluación adecuada.

Bruxismo...cuando mi hijo rechina los dientes por la noche.


Anoche desperte con el sonido del rechinar de dientes de la Princesa Guadalupe, recordé haber leido algo sobre eso...¿pero que era???esta mañana me levante buscando informacion...aqui lesdejo algo interesante. Valeria

El bruxismo es el hábito de apretar y rechinar los dientes, y puede darse tanto por el día como por la noche. El bruxismo diurno puede ser consciente o inconsciente, en cambio el bruxismo nocturno es inconsciente y es producido por la contracción rítmica, repetitiva y violenta de los maseteros, los músculos de masticación dando como resultado un rechinamiento audible imposible de reproducir si estás despierto. Normalmente sucede en los primeros momentos del sueño y cesa cuando éste es más profundo.

El bruxismo en los niños suele aparecer entre los cuatro y seis años, pero normalmente desaparece con el paso de los años, cuando salen las muelas y dientes permanentes, aunque en ocasiones, se sigue padeciendo en la edad adulta. Este hábito puede ocasionar desgaste y deterioro dental además y enfermedades en las encías.

Algunos padres no perciben que sus hijos son bruxistas, y es el pediatra o el odontólogo el que lo detecta por el desgaste de las piezas dentales. Los niños pueden o no tener dolor en las encías, dientes, músculos o articulación de la región bucal, pero si los tuviera, deberá ser visitado por el odontólogo para descartar o diagnosticar el bruxismo.

Todavía no se conocen cuáles son los motivos del bruxismo, pero lo achacan a estados de estrés emocional, la ansiedad, la postura al dormir, los parásitos o a ciertos trastornos.

El tratamiento consiste en corregir los factores que propician este hábito, en algunos casos se puede considerar la intervención de un psicoterapeuta. Si hay situaciones de estrés se deben realizar técnicas de relajación muscular, reducir el estrés o la ansiedad puede reducir el bruxismo. Si hay factores anatómicos alterados, será el especialista dental el que dictamine el tratamiento.

Es una buena medida el utilizar protectores dentales para ir a dormir, son unos accesorios especiales de goma que ayudan a prevenir el desgaste de los dientes.
También puede favorecer que el niño no haga ejercicios extenuantes ni que vea violencia en la televisión. Un baño relajante antes de irse a dormir le ayudará a relajarse y si por la noche oyes el rechinar de sus dientes, procura cambiarlo de posición.

Extraido de http://www.bebesymas.com/

Que nos dice el llanto de un niño?


El llanto es el único recurso que tiene un bebé de manifestarse y comunicarse con el mundo. El todavía no entiende de normas sociales, no sabe cuando es de día cuando de noche, ni cuando debería dormirse o no. El sólo siente, y expresa lo que siente de ese modo; ya sea hambre, frío, sueño, fatiga, frustración, dolor , incomodidad o disgusto. El llanto es su única arma para sobrevivir. Ya dice el conocido refran que "niño que no llora no mama". El llanto es señal entonces de que algo le pasa, física o emocionalmente y necesita por tanto una respuesta.
Sobra decir que hemos de cambiarle si está sucio, bañarle para que se sienta cómodo , abrigarle si hace frío, o aligerar su ropa si hace calor, alimentarle si tiene hambre, mecerle si tiene sueño o dolor, llevarle al médico y administrarle su medicina si está enfermo o abrazarle si sólo necesita amor.
El problema es que no siempre podemos saber cuando necesita una cosa o la otra, y por eso hemos de estar atentos a las señales que nos ayudarán a descubrir lo que necesita
¿COMO SABER LO QUE LE PASA?
Normalmente el llanto es una señal tardía para identificar el problema. Si estamos atentos al niño y a sus necesidades básicas pronto aprenderemos a satisfacerlas y el no tendrá que llorar tan a menudo.
¿Cuáles son las necesidades básicas?

-Alimentarle a demanda (10 a 12 veces en 24 horas), igualmente que sea pecho o biberón.
-Cambiarle el pañal, preferiblemente antes , entre o después de cada toma y siempre que sea necesario.
-Dormirle o dejar que se duerma.Los bebés necesitan dormir mucho, pero se despiertan a menudo para mantenerse vivos y poder reclamar sus necesidades.
-Consuelo y cuidados si algo les duele o les lastima.
-Amor, mucho amor

Si te parece que ya lo has hecho todo y sigue llorando, no desesperes. El sólo te tiene a ti, y confía en que puedas ayudarle, así que tranquilizate y haz lo mejor que puedes hacer en ese caso que es llevarle al médico y asegurarte de que no le pasa nada malo. Lo más seguro es que esté sufriendo los clásicos cólicos del lactante, lo cual no es grave y es sólo temporal pero es mejor asegurarse.

¿DEBO DEJARLE LLORAR SI ESTÁ COMIDO Y LIMPIO?

NUNCA, NUNCA debe dejarse llorar a un niño, aunque un profesional lo haya recomendado. Los médicos también se equivocan. ¿Cómo te sientes tu cuando lloras?¿Te gustaría que los que te rodean fuesen imperturbables ante tus necesidades emocionales si las físicas estuviesen aparentemente cubiertas?
He aquí algunas opiniones profesionales al respecto:"El niño pequeño a cuyo llanto se responde ahora, más adelante será el niño lo bastante confiado para demostrar su independencia y su curiosidad.Pero el niño al que se deja llorar puede desarrollar cierto sentido de aislamiento y desconfianza y puede volverse introvertido, apartándose del mundo que no responde a su llanto.Y más adelante en su vida, ese niño puede seguir enfrentándose al stress tratando de desconectarse de la realidad.
Algunos incluso han llegado a afirmar:-Dejelo que llore para que no se mal acostumbre, que el llanto es bueno para los pulmones.Yo les digo, si el llanto es bueno para los pulmones, ¡entonces el sangrado es bueno para las venas!"
Dr. Lee Salk (Director de Psicología pediátrica del Centro Médico del Hospital Cornell, de Nueva York)

"En el ámbito de la psicología y la psicopatología evolutiva hay evidencia mas que suficiente de que dejar llorar a un bebé, sin darle respuesta, es nocivo para su desarrollo, no solo emocional sino también cognitivo (existen muchas referencias bibliográficas concretas).
Un libro (que en alemán se titula "Gelernte Hilflosigkeit" algo así como "Desamparo aprendido") plantea que los niños a los que se deja llorar y llorar aprenden que ellos no pueden generar una respuesta de su medio ambiente, algo así como que a nadie le interesan sus necesidades e insatisfacciones y que están solos frente al mundo;que nadie puede ayudarlos. Como se imaginarán ¡esto no puede ser bueno para el desarrollo psicológico de los niños! En un estudio sobre la interacción madre-hijo en el que participé, pudimos ver que los niños que presentaban un mayor nivel de desarrollo cognitivo y socio-emocional tenían mamás muy reactivas (es decir que reaccionaban a la mas mínima señal de los niños).
Lamentablemente de la misma manera en que hay grandes profesores y doctores que se manifiestan en contra de dejar llorar a los niños en pos de alguna meta, hay grandes profesores y doctores que proclaman y publicitan medios milagrosos basados en los contrario (o sea ¡dejar llorar a los niños!
Dra. Patricia Trautmann (Psicóloga)

Mi segunda obsesión, después de la lactancia, es la relación madre hijo, tan atacada por esas modas modernas de dejar llorar a los bebes, hacer que duerman solos y no "malcriarlos".He encontrado un párrafo sobre el comportamiento de los gansos, en un libro de Konrad Lorenz (Estoy aquí...¿Donde estas tu?) que creo puede resultar muy útil para convencer a algunos colegas reluctantes de que los bebes no lloran para tomar el pelo a sus madres, sino porque realmente necesitan estar junto a ellas:"Un ansarón que ha perdido a sus padres no lo lamenta en silencio, sino que llora con todas sus fuerzas. Es decir, emite el silbido del abandono. Es absolutamente incapaz de dedicarse a otra actividad. No come, ni bebe, solo vaga llorando. Si no se logra calmar pronto el llanto de los ansarones, los animales podrán sufrir graves dolencias. En circunstancias naturales, esos "extraviados" tienen escasas perspectivas de supervivencia mientras no encuentren a sus padres. Solo en casos muy excepcionales consiguen relacionarse con otra familia o una pareja de padres adoptivos.
Por eso, para el ansarón tiene pleno sentido el agotar hasta la ultima chispa de su energía para reunirse con los perdidos.
¡Esto es lo que ciertos expertos llaman "llanto nocturno por malos hábitos aprendidos"!
Dr. Carlos González (Pediatra)

Ideas para educar sin violencia



1. OBSERVAR : Si nos anticipamos a la rabieta estaremos mas preparados para afrontarla.

2. ESCUCHAR Y COMPRENDER: lo que tu hijo quiere decirte es importante para él. Debemos tomarlos en serio. Hacerles entender de que nos hemos dado cuenta de qué es lo que quieren:
“Te gusta mucho esto, verdad? pero.........”
"Entiendo que quieres esto pero...."
"Cariño, es que así no entiendo lo que me dices, ¿te calmas un poquito y me lo pides hablando?..

3. PACIENCIA Y TRANQUILIDAD: SI PIERDO LOS NERVIOS PUEDO RECUPERARLOS...PARA ELLO TENGO LAS SIGUIENTES HERRAMIENTAS:

1) CONTAR HASTA 89432

2) REPETIR FRASES: "paciencia, paciencia, mañana a esta hora ya va a haber pasado todo"

3) CAMBIAR DE CONTEXTO: Alejarse o buscar una distracción relajante para calmarse

4) RELAJARSE: respirar hondo, yoga, spa...

SI DESPUES DE TODO PIERDO LOS NERVIOS:

5) Pedir perdón y explicar nuestros sentimientos.

4. ABRAZOS
P.E: abrazarle y susurrarle cosas del estilo " que enfadado está mi chiquitín, ya le pasa, ya le pasa...", sino se deja, dejarlo desahogarse

5. HUMOR : no hay cosas que si las miran 'de lejos' parecen graciosas ??
Decirle las cosas cantando o bailando
Hacerlos reír
Desconcertarles haciendo algo inesperado: cantar, poner caras, cambiar de sitio, pegar saltos y carreras, bailar...

6. SEGURIDAD : sentirse seguro de uno mismo y de que va a saber manejar la situación
P.E: Sonreír y decir: yo sé que eres un buen chico y vas a hacer lo correcto.

7. COHERENCIA: si hay un “no” que sea realmente justificado y coherente. Analizar en que situaciones es realmente importante el poner limites. Vale la pena estar todo el día diciéndole NO a todo?

8. EXPLICAR: pausada y serenamente las cosas

9. CONFIAR EN EL: Mi hijo es un encanto y estoy segura de que va a hacer lo correcto

10. RELATIVIZAR: analizar la situación. Vale la pena para dos días que se vive enfadarse tanto ¿Es realmente importante esta limitación?

11. EXTRAPOLAR: El comportamiento de niño al de adulto: Si tú tienes derecho a salirte de la línea recta, tu hijo también

12. FOMENTAR LA EMPATIA: Intenta ver las cosas desde el punto de vista de tu hijo

13. CAMBIA EL CONTEXTO: Realizar otra tarea que les guste/relaje para que olviden el motivo de la rabieta.

14. RECOGIMIENTO/MEDITACION/SEPARACION: nunca como castigo, sino para desahogo, cambio de contexto o para recuperar la serenidad(no debe verse como un castigo ni ser traumática)..mejor acompañado
PEDIRLE QUE SE VAYA A SU HABITACION O BIEN SALIR NOSOTROS : en ese espacio pueden hacer lo que quieran y en cuanto se sientan mejor, que avisen para jugar a algo.

15. ENSEÑARLE A PONERSE EN EL LUGAR DE LOS DEMAS:
“A ti te gustaría que te hicieran eso?”

16. PACTAR/NEGOCIAR

17. SI HACE ALGO REALMENTE PELIGROSO, USAR UN NO ENÉRGICO

18. SIEMPRE, SIEMPRE, HAY QUE HABLARLES A LOS NIÑOS A SU ALTURA; AGACHARNOS O COGIENDOLOS EN BRAZOS, PERO SIEMPRE QUE SU MIRADA Y LA NUESTRA ESTE A LA MISMA ALTURA; Y MÁS EN LOS MOMENTOS DE LOS QUE ESTAMOS HABLANDO
IDEAS MAESTRAS

Descargar adrenalina: hacerle cosquillitas en la barrigota y diciéndole "como que no, bichito mío, ya veras tu, te voy a comer el culete

Ayudarles a descargar la rabia: "vaya enfado te has cogido, porque no me dibujas en este papel lo enfadado que estas?"

El cuento de la lechera. Cuando te piden insistentemente algo que no le podemos dar en ese momento, puede funcionar el montarse un cuento sobre ello en tono de complicidad y humor: "vaya cariño, me encantaría tener una varita mágica para poder hacer aparecer esto o lo otro..."

Despedirse: si hay que irse y el no va a querer ayudarle a hacerse a la idea despidiéndose de las cosas: “adiós agua”, etc..

No quieres darle algo: un pelin teatrera "qué lástima, se nos han acabado, no tenemos, pero mañana acuérdate que hay que comprar"

Bloqueo: si quiere hacer algo prohibido, impedírselo interponiéndose y dejar solo que lo use aprendiendo la utilidad de ese objeto(p.e. jugar con el interruptor no, pero si hay que encender la luz, pedirle que lo haga él

Compañeros de desgracia: si no quiere hacer algo, acompañadlo en la tarea
Que pasa?: Mirar los ojos del “enrabietado”, con amor. hasta que ambos vuelvan a estar tranquilos. En silencio. Buscar señales no verbales por ver si es capricho o si le pasa algo. Luego, volver a intentarlo de nuevo. Si no funciona, cambiar de actividad.

LA SOLUCION DEFINITIVA: CTRL+ALT+SUPR: BORRON Y CUENTA NUEVA: AMBAS PARTES COMENZAR DE CERO
"Empezamos de 0?" y le doy la mano tipo” de acuerdo" o le digo "a mí no me gusta estar enfadada, prefiero estar contenta y tú

El llanto infantil y el cerebro



Gracias a avances excepcionales en la investigación neurobiológica, los científicos son capaces de entender muchas más cosas acerca de cómo funciona el cerebro humano y cómo se desarrolla. Por ejemplo, saben que ciertos cambios biológicos ocurren en el cerebro de los humanos y primates cuando se sienten en peligro o asustados. El centro de la regulación de conducta del miedo y de otras emociones se encuentra en la amígdala, un grupo de núcleos enterrados profundamente en los lóbulos temporales y el hipocampo, que regula la memoria consciente. “Es el crecimiento del hipocampo, el cortex prefrontal y las áreas relacionadas lo que representa un mayor desarrollo de la conciencia, permitiendo al Homo Sapiens analizar sus sentimientos comparándolos con anteriores experiencias y conceptos”. (1)

Los subsistemas emocionales del cerebro procesan información variada, incluida cómo relacionar el estado real del mundo con las expectativas creadas. Este circuito emocional está conectado fuertemente con la región cerebral que regula la toma de decisiones. De acuerdo con el neurocientífico Joseph LeDoux, “Muchas de las cosas que nos definen emocionalmente las aprendemos a través de la experiencia. Por lo tanto, una de las claves del sistema emocional es cómo aprende y almacena la información”. (2)


Lecciones iniciales de socialización.

Desde su aparición en el mundo, el proceso de socialización humana comienza con diálogos físicos entre madre e hijo.

La regulación temprana de las emociones en el cerebro se da, en un principio, durante los diálogos que se establecen entre madre e hijo a través del intercambio de miradas. La regulación y organización de las percepciones emocionales se desarrolla a través de la interacción continuada del niño con la madre o cuidador. (3) Las investigaciones han demostrado que una madre que se muestra sensible y complaciente hacia la comunicación visual temprana con su bebé, está estimulando un aprendizaje social positivo. En contraste, una madre que no se muestra sensible al contacto visual temprano, no provee de este aprendizaje social positivo, entorpeciendo el proceso de maduración de la afectuosidad humana, que es crítico para un crecimiento emocional sano.

Similares oportunidades de aprendizaje social, se dan cuando un bebé trata de comunicarse a través del llanto. El llanto se puede dar porque el bebé está hambriento, le duele algo, está incómodo o asustado. A menudo al despertarse un bebé comenzará a hacer señales a su cuidador con un gimoteo suave que puede acelerarse hasta convertirse en un llanto frenético si no recibe respuesta. A veces llorar se ha interpretado equivocadamente como una expresión idealizada de cólera o manipulación. Sin embargo, el llanto de un niño debería de ser interpretado como una respuesta de miedo, un miedo invocado por la inconfortable sensación de estar sucio, el rumor doloroso del hambre o la vulnerabilidad de estar solo en la oscuridad. El miedo a los depredadores y a la muerte es una emoción profundamente asentada dentro de nuestra constitución evolutiva biológica. En el origen de los tiempos, las familias y tribus se amontonaban estrechamente juntos en la oscuridad para apaciguar ese miedo. La idea de “seguridad por número” se mantuvo vigente porque un grupo de humanos es mejor protegiéndose de los depredadores que un solo individuo.

Hoy en día, sabemos que un niño está a salvo sólo en su cuna, pero la biología del cerebro infantil está inicialmente codificada con esos miedos innatos, que ya apuntan en su más temprana edad. Cuando el niño se encuentra en un estado de indefensión, miedo y pánico, la amígdala envía mensajes al cerebro para preparar al cuerpo para “escapar o pelear”. Un bebé no puede escapar ni pelear. Si el pánico no es dominado por la intervención de un adulto, el flujo químico y hormonal puede inundar violentamente el cerebro, apuntando específicamente a la amígdala y el hipocampo durante un periodo de tiempo poco saludable. Los niños que lloran y no son atendidos, lo hacen desesperadamente durante una hora o más, hasta que la amígdala se cierra. El niño a su vez aprende tras repetidos episodios que no tiene expectativas de respuesta y consuelo a su llanto y puede deducir que sus necesidades no son merecedoras de atención – una conclusión que finalmente puede afectar al correcto desarrollo de la autoestima del niño. Si bien el cerebro podría determinar que no existe peligro alguno, si no se intenta calmar el estado de confusión emocional del niño, podrían perderse oportunidades vitales de desarrollo y refuerzo de la confianza, seguridad y capacidad de empatía del niño.

Traumas cerebrales tempranos y desarrollo emocional.
¿Qué ocurre dentro del cerebro infantil durante un llanto prolongado?

Dentro del desarrollo del cerebro infantil, las interacciones biológicas y químicas se dan a una tasa fenomenal. Las recientes investigaciones sobre el cerebro, revelan con evidencia creciente que un estrés temprano puede jugar un papel primordial en la posterior vida emocional y en el desarrollo social. La involucración de las neuronas orbitales, temporales y de la amígdala en el procesamiento de la información sensorial (particularmente la visual) con trascendencia emocional, sugiere que esas áreas deben formar parte de un sistema neuronal especializado en procesar los estímulos sociales.

El psicohistoriador Lloy deMause explica que “Los traumas provocados por el desamparo, pueden dañar severamente el hipocampo, matando neuronas (causando lesiones). Este daño es causado por la liberación de una cascada de cortisol, adrenalina y otras hormonas de estrés segregadas durante el episodio traumático, que no solo dañan a las células cerebrales sino también la memoria y ponen en marcha una desregulación duradera de la bioquímica cerebral”. (5) Se cree que la abundancia de repetidas oleadas de estas sustancias químicas y hormonas en el cerebro es la causa de la reducción de la producción normal de serotonina y de la insensibilización de la amígdala, afectando a la capacidad de respuesta a una situación de miedo.

Por ejemplo, los animales que han sido traumatizados de jóvenes crecen más agresivos con menor producción de vasopresina, que regula la agresión y menores niveles de serotonina, que es conocida comúnmente como un neurotransmisor calmante. Un bajo nivel de serotonina es el indicador más importante de violencia en animales y humanos, y se ha relacionado con tasas altas de homicidios, suicidios, piromanías, desórdenes antisociales, auto mutilaciones y otros desórdenes agresivos. (6)

Adicionalmente, “Se ha demostrado que la falta de cuidados maternales tempranos, es la causa de que la región que ocupa el córtex orbitofrontal ( la región cerebral situada detrás de los ojos que permite al individuo reflexionar sobre sus propias emociones y empatizar con los sentimientos de otros individuos) sea diminuta , desembocando en una pobre autoestima y en una tan baja capacidad para empatizar, que el bebé crece literalmente incapaz de sentirse culpable por lastimar a los demás”.(7)

Desde que los más recientes escáneres de humanos vivos demuestran que la amígdala es el centro neurálgico de regulación de conducta del miedo, se cree que esa regulación de conducta también juega un papel primordial en desórdenes ansiosos como fobias, desórdenes de estrés post-traumático, bipolares y desórdenes de pánico. (8) De acuerdo con la Sociedad Americana de Desórdenes por Ansiedad (ADAA), uno de cada ocho niños de edades entre 9 y 17 años, sufre al menos un desorden ansioso cada año. A pesar de su predominio, estos desórdenes a menudo permanecen ocultos o tienen un fallo de diagnóstico hasta que surgen complicaciones posteriores (como una depresión o abuso de sustancias) en la adolescencia o la edad adulta. Dado que gran parte del desarrollo cerebral tiene lugar durante los primeros años de vida, es plausible considerar que repetidos traumas causados por las alteraciones químicas producto de periodos prolongados de llanto, situaciones de ansiedad por separación no resueltas y otras situaciones de respuesta al miedo, pueden predisponer al individuo a un disfunciones emocionales y de comportamiento social en su edad adulta.

Referencias:
1. Lloyd deMause Childhood and History, The Neurobiology of
2. Parallel Memories: Putting Emotions Back Into The Brain, Joseph LeDoux, Neuroscientist
3-6. Lloyd deMause Childhood and History, The Neurobiology of
7. War as Righteous Rape and Purification, by Lloyd deMause
8. Lessons from Fear Conditioning by Mary Lynn Hendrix, OSI, NIMH.